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La impermanencia de lo que nos recorre

Por Ana Rubinstein

Ideas que emergieron del seminario Mecánica de la creación. Continuidades y rupturas entre ser, hacer y parecer.

Ana Rubinstein es videartista argentina y formó parte del seminario conducido por Leonardo Solaas. En este artículo expone referentes y reflexiones provocadas a lo largo del seminario.

Muchas veces resulta difícil desprendernos de las prácticas que devienen de nuestros antecesores, de nuestros amigos; de la sociedad en la que vivimos, de las modas de época… de la humanidad.

Más aún, muchas veces nos encontramos siendo el reflejo de personas que conocemos (o no), y pensamos: ¿Cómo es que llegué a parecerme tanto? Si no quería “copiar su estilo, hábito, modo de hablar, pintar, etc.”  Y así como nos parece tan negativo, fake y carente de personalidad, sucede que es algo que está más cerca de nuestra naturaleza de lo que creeríamos. Nos mimetizamos los unos con los otros, y por lo tanto aprendemos, a veces consciente y otras inconscientemente, de (nos)otros.

“escher_relativity” de williamcromar bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0. Fotograma de la película Laberinto (1986) dirigida por Jim Henson basada en la litografìa de M.C Escher Relatividad (1953).

Esta mímesis la podemos asociar al término memética utilizado por Susan Blackmore en su libro “La Máquina de los Memes”.  En síntesis generales su teoría proviene del principio universal del Darwinismo en el cual si existe algo, que es copiado con variación y selección, se da como resultado el diseño. Es decir, cualquier información que varía y es seleccionada producirá una exitosa copia. Y esta exitosa información copiada, se llama replicador.

Los memes, en general, se reproducen en nosotros sin ningún tipo de ventaja adaptativa o beneficio. Pero a veces, en situaciones puntuales, sí nos favorecen (como por ejemplo) con la máquina de vapor, el diseño de automóviles e incluso el martillo. “[…] las innovaciones evolucionan porque parten de unos orígenes preexistentes.”(1)

En el prólogo R.Dawkins sugiere un planteamiento: ¿Es posible que la imitación haya sido la clave para que nuestros antepasados se distinguieran de los demás animales? (2)

Las elecciones que hacemos tienen la huella de nuestro contexto, pero al mismo tiempo amoldamos esas prácticas externas a lo que queremos hacer, a nuestras necesidades. Richard Sennet apunta en su libro “El Artesano” sobre el código abierto del sistema operativo Linux, en donde los nuevos artesanos que modifican los códigos comparten ese carácter impersonal con los antiguos artesanos (como los orfebres), es decir, que lo que importa no es la identidad misma del contribuyente sino el aporte que hace. Aunque parezca una utopía lejana al individualismo que caracteriza nuestra sociedad actual, se podría decir que es muy poco probable salir de nuestra naturaleza social y grupal, porque: ¿Quién nos podría enseñar prácticas humanas más que un humano? Y acá surgen dos creaciones que podríamos tener en cuenta:

Sennet nos dice: “Una herramienta-espejo -expresión de mi cosecha- es un instrumento que nos invita a pensar en nosotros mismos. Hay dos tipos de herramientas-espejo: el replicante y el robot.[…] En general, el replicante nos muestra tal como somos; el robot, tal como podríamos ser.”

Fotogramas de la película Blade Runner 2049 (2017), Denis Villeneuve.

Esas “falsas” apropiaciones también se unen y ramifican por decisiones que surgen desde lo más profundo de nuestro ser; se podría pensar como fuertes llamados que no podemos ignorar. Es la parte más íntima que nos conecta con nosotros mismos en ese momento, es lo que nos construye permanentemente y al mismo tiempo nos pone en constante cambio. Ir en contra de la lógica para, en cierto sentido, volverlo lógico… una vez afrontada esa incomodidad de lo desconocido.

Ir de travesía por lo inesperado, por la incertidumbre. Tomar decisiones en las penumbras para encontrar un fragmento más de nuestro ser.

Abandonar nuestra identidad para volver a redescubrir de formas inesperadas, alimentarnos del aprendizaje para estar más cerca de nuestra identidad. Asimismo, pensar que quienes somos no se puede establecer como algo fijo, somos una permanente construcción y nuestro yo del pasado se relaciona siempre con nuestro yo del presente, así como también del futuro.

“[…] la tecnología cambia constantemente con el tiempo y también divide a las generaciones humanas (cada generación tiene su propia tecnología y rechaza la tecnología de sus padres). Pero para Fiódorov la tecnología también funciona como el arte, en tanto preservación o regreso del pasado.”(3)

Es interesante pensar que la forma en que adquirimos conocimiento para entender el mundo y vivir en él, se basa en el pasado y a veces en el presente, pero nunca en el futuro. No podemos escapar de nuestra línea temporal.

Handke en su libro “Ensayo sobre el cansancio” nos habla sobre la imagen de verse cansado y lo atractivo que resulta en otras personas: ¿El cansancio resulta atractivo porque nos muestra activos? y pienso que por eso en general, sentimos un gran vacío cuando no estamos en actividad, como si una pieza esencial de lo que somos dejara de funcionar. Una vez más pensamos de manera maquinal porque cada vez somos más parecidos a lo que creamos. Solaas en su texto “La Fórmula Antrópica” muestra cómo a través del esquema “Memoria-predicción” de Jeff Hawkins (2004), nuestro cerebro concibe esos aprendizajes como un dispositivo: almacenamiento, reconocimiento y anticipación. A su vez, estos aprendizajes devienen en lo que se denomina como patrones o series. “Desde este punto de vista somos, básicamente, dispositivos repetidores de secuencias”. (5)

Dicho todo lo anterior, se puede entrever la idea de que nuestra condición humana se encuentra camino a una relación aún más estrecha con la tecnología y la inteligencia artificial, dando más foco a la idea de que aún hoy teniendo los grandes aportes de pensadores a lo largo de nuestra historia y todos los avances tecnológicos, nos queda mucho por comprender sobre nosotros mismos como humanidad. Sobre nuestro contexto en lo micro y en lo macro, así como en nuestro planeta, en el universo y en las lejanas vidas que siempre están naciendo.

Siempre más allá.

Por otro lado, se podría pensar el tiempo de otra manera como lo hace el cosmólogo Martin Rees y cito su charla Ted en donde habla sobre el enorme avance que hemos hecho en tan corto plazo (si lo medimos con el origen de nuestro planeta Tierra hace unos 4.5 mil millones de años aproximadamente).

“Y serán otros seis millones de años hasta que eso ocurra (para que el sol deje de brillar) […] Hay una tendencia ignorante de imaginar que los humanos van a estar allí, contemplando el ocaso del Sol, pero cualquier vida e inteligencia que exista entonces va a ser tan diferente de nosotros como nosotros lo somos de las bacterias. El desarrollo de la inteligencia y complejidad aún tiene un camino inmenso por recorrer, aquí en la Tierra y más allá. Así que aún estamos en el comienzo del surgimiento de la complejidad de nuestra Tierra y más allá”

Nos queda preguntarnos hacia dónde vamos con estas creaciones mecánicas y a dónde queremos llevarlas.

Lo que sí sabemos es que necesitamos de otros y a la vez de nosotros para seguir explorando y comprendiendo esta búsqueda.

Por último, quisiera dejar un poema de Susana Thenón:

…Hagamos

otros dioses

menos grandes,

menos lejanos,

más breves y primarios.

Otros sexos

hagamos

y otras imperiosas necesidades

nuestras,

otros sueños

sin dolor y sin muerte.

Como quien dice: nazco,

duermo, río,

inventemos

 la vida

nuevamente.

Fundación, Susana Thenón del libro “Edad sin Tregua”, 1958

Sólo me queda agradecer a +CODE y a Leonardo Solaas por poder ser parte de este seminario.

Notas

  1. Susan Blackmore, “La Máquina de los Memes” (p.61)
  2. Susan Blackmore, “La Máquina de los Memes” (p.12)
  3. Fragmento del capítulo “Cuerpos Inmortales” del libro “Volverse Público” de Boris Groys (p.154)
  4. Fotograma del documental Alpha Go (2017). Lee Sedol, considerado uno de los mejores jugadores del milenario juego Go es derrotado por la Inteligencia Artificial. Al final del documental varios de los jugadores que participaron coincidieron en algo: jugar con la IA les sirvió para mejorar sus habilidades en el Go y les enseñó algo que de otra forma no hubiesen descubierto.
  5. Leonardo Solaas, “La fórmula Antrópica” (p.8)

Referencias bibliográficas

  • Sennet, Richard (2009). “El Artesano”. Editorial: Anagrama.
  • Solaas, Leonardo (2019). “La Fórmula Antrópica”.
  • Handke, Peter (1990). “Ensayo sobre el Cansancio”. Editorial: Alianza Editorial.
  • Blackmore, Susan (2000). “La máquina de los Memes”. Editorial: Paidós.
  • Blackmore, Susan (2008). “Memes and Temes” TED. Ideas worth spreading. Enlace: https://www.ted.com/talks/susan_blackmore_memes_and_temes [Consultado el 17 de noviembre de 2020].
  • Groys, Boris (2014). “Volverse Público”,  capítulo: Cuerpos Inmortales. Editorial: Caja Negra.
  • Rees, Martin (2005). “Is this our final century”, TED. Ideas worth spreading. Enlace: https://www.ted.com/talks/martin_rees_is_this_our_final_century#t-9937 [Consultado el 13 de noviembre de 2020].

Ana Rubinstein (Buenos Aires, 1993) es videoartista, se interesa en el trabajo y la investigación por la condición humana, su extensión tecnológica/virtual y su relación con la naturaleza.
Actualmente se encuentra terminando la Licenciatura en Artes Visuales de la Universidad Nacional de las Artes. Desde mitad de este año, es parte de Revista Nacar (un nuevo proyecto de difusión e investigación de arte contemporáneo emergente). Se formó en el taller del artista Patricio Bosch quien también dió diversas charlas sobre arte contemporáneo a las cuales asistió.

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