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Amor, Sonríe

Extimidad en pareja, una observación en la ventana compartida

Por Esteban D. Jerez

Un análisis sobre los contenidos y los estilos de vida que exhiben influencers en redes sociales.

Esteban D. Jerez (Colombia) es antropólogo de la Pontificia Universidad Javeriana. Participó como becado en el seminario de Margarita Martínez y como resultado, analizó las imágenes compartidas en Instagram por parejas de influencers.

Desde hace ya un tiempo, he sentido un interés por la interacción social en la vida cotidiana, particularmente por las relaciones amorosas y sexuales.

¿Qué motiva esas interacciones? ¿Cuáles elementos materiales y simbólicos son constitutivos de estas interacciones, hoy? ¿Cómo influye el contexto social en estas interacciones? ¿Cómo se relaciona el amor y el capitalismo? Si bien, estas preguntas son interesantes para mí, lo han sido por mucho tiempo para la antropología y la sociología, que es desde dónde hablo. En esta reflexión, quiero presentar un caso que ha llamado mi atención frente a la indagación etnográfica por los vínculos amorosos en tiempos contemporáneos. Hablo del amor de pareja erótico y afectivo, aquel que se ha denominado como romántico que tiene que ver con la constitución de la pareja, duradera, estable, monógama (Giddens, 2000). Y, la transformación contemporánea de este, el posromántico, en donde se valora la individualidad, se negocia la fidelidad y son importantes los proyectos y los estilos de vida de cada persona (Beck & Beck-Gernsheim, 2001)

Quiero advertir que estas palabras no llegan a una conclusión alentadora, tampoco son un juicio contra de quienes fueron sujetos de observación o contra quienes comparten fotos de sus parejas en redes sociales. Mi propósito es dejar preguntas e ideas planteadas desde la incertidumbre que pueden resultar interesantes para quienes lean estas palabras.

Una etnografía en Instagram

Desde hace ya un tiempo, cerca al 2014, abrí mi perfil en Instagram una red social, por estar en contacto con amigos. ¡Todos tenían! Yo también quería, allí no me impulsaron los intereses académicos. Además, podía ver en qué andaba la gente con la que ya no tenía contacto. Después empecé a seguir familiares, conocidos, famosos, gente desconocida que luego conocí, perfiles de marcas de ropa. Encontré a los influencers y también los seguí (¡ellos están buenos!). Esto era para mí Instagram, pones imágenes, ves imágenes, das “likes”, tienes seguidores, sigues gente, los “likes” aumentan…

Pero, recientemente se ha convertido en un escenario de observación etnográfica, en el cual ha sido más claro su funcionamiento sociológico: los likes, agregar gente o ser agregado, subir ‘stories’ y saber quién las ve: estos elementos que nos generan reacciones corporales de excitación, ansiedad y expectativa.

Los perfiles de los influencers se han vuelto objeto de interés para marcas comerciales, para campañas políticas, para problemáticas sociales y para algunos académicos. En algunos casos son youtubers, participan en realities de televisión, se han convertido en referentes de estilos de vida. En sus perfiles cuentan historias, crean narrativas de sí, en los cuales, en apariencia, exponen su vida cotidiana y su intimidad. Pero, como lo ha expuesto Paula Sibila (2008), más que un ejercicio de exposición, hay un ejercicio de Extimidad, en donde lo íntimo sigue en lo íntimo, pero la virtualidad permite que se haga público a través de los dispositivos y las redes sociales en los cuales se desdibuja la frontera clásica que dividía la vida cotidiana entre lo público que está afuera y lo privado que está adentro. Allí no se hace una revelación de toda la vida cotidiana, pero sí se seleccionan elementos para contar una historia.

A través de esta plataforma y de las imágenes que se comparten, se construyen ideales elaborados con elementos como: viajes a lugares fantásticos, comidas deliciosas, viviendas de ensueño, felicidad a partir de la compañía en la que se encuentran, mascotas, días especiales del año, estilos de vida, cuerpos y parejas ¡Eso es lo que se exhibe! Un análisis fantástico en este sentido, lo hacen Venturini, Jaeger, Oliveira & Silva, (2020) sobre las musas fitness y la relación triádica de consumo, cuerpo y felicidad que muestra que en las plataformas virtuales estas tres variables son interdependientes. Así mismo, es explicativa la noción de exitmidad propuesta por Paula Sibilia, ampliamente discutida en el seminario La Intimidad en Jaque, de la profesora Margarita Martínez (2020), propone una intimidad expuesta, ofrecida al público como una narración que “miente” de cara a lo que es la vida de estas personas.

Ahora bien, quiero señalar un elemento adicional. Al pensar en el perfil de instagram de alguien, podemos imaginarnos el de un amigo, una amiga, un o una ex. Pero ¿qué sucede cuando el narrador de este perfil es un “nosotros”?  Es decir, ¿cuándo un “nosotros” es una pareja que tiene una relación amorosa? Un nosotros narradores de una misma historia que se construye con los mismos elementos que señalé anteriormente.

Una narración de sí mismos, una narración intersubjetiva

En Instagram, además de los perfiles individuales que estamos acostumbrados, existen también perfiles en los que unas parejas están narrándonos lo que hacen, lo que tienen y ¿lo que sienten? Frente a ello me cuestiono: ¿Qué lleva a una pareja amorosa a construir una historia en una red social? ¿Qué narraciones se construyen en perfiles de parejas sentimentales a través de Instagram? ¿Qué sucede con los perfiles de las parejas de influencers? ¿Hay influencers que también venden amor, o formas del amor?

Con motivo de mi interés, decidí seguir uno de esos perfiles y la aplicación me sugirió otros que también seguí. Estos, son de personas que están en diferentes partes del mundo. Supuse que no son casos aislados es, de hecho, muy común. Dado que se trata de una red social global (algo que también permite el dispositivo y la aplicación), es posible encontrar parejas de todas partes del mundo, exponiendo narrativas muy similares, recurriendo a los mismos elementos ¡Qué interesante! ¿Por qué?

Vale hacer una mención a la subjetividad. En esta red social podemos ver cómo se despliegan diferentes formas de la identidad (Hall, 1997). Estas, bien pueden estar cimentadas en el cuerpo, en la orientación sexual, en el consumo, en la profesión o en varias a la vez. Ahora, en estas narraciones de pareja hay diálogos intersubjetivos, y de alguna manera, esto se hace evidente en estos perfiles de parejas (García Andrade & Sabido Ramos, 2017).

En este corto escrito, quiero presentar algunos ejemplos de estos perfiles que seguí y me llamaron la atención. Así mismo, señalaré algunos de esos elementos que constituyen la narrativa en estas plataformas y la relación con la historia de amor que se cuenta.

Perfiles de parejas amorosas

Basta con realizar una búsqueda sencilla y aparece una lista de perfiles que tendrán varios elementos comunes. Todas son parejas homosexuales, en la fotografía principal está la pareja. Juntos, abrazados, sonriendo, con alguna exhibición parcial de su cuerpo, pero en sus rostros siempre hay una muestra de satisfacción, cariño, felicidad. Se puede suponer que estos perfiles, aunque parece que exponen el amor y la felicidad de una pareja, constituyen alguna forma de negocio o emprendimiento en el que la exhibición de la relación amorosa es el vehículo por medio del cual se ofertan diferentes productos.

Lo siguiente que podemos ver es que estas parejas están en diferentes partes del mundo (occidental por lo menos). Es decir, son personas que están en algún país de Latinoamérica, Europa o Estados Unidos. Seguido a ello, está la descripción. Acá se encuentran varios elementos comunes: correos electrónicos, el contenido del perfil (comida, viajes, fit, estilo) canales en Youtube, etiquetadas marcas de productos. En algunos casos, aparece señalado un perfil individual para cada uno.

Elementos que construyen la narrativa

Como se presentó anteriormente, siguiendo el artículo de Venturini et al., (2020), hay elementos comunes que soportan esta historia de una pareja amorosa que solo está exponiendo su relación; pero también hay otras posibles caracterizaciones de estos perfiles.

Estos son algunos de los ejemplos de los estilos encontrados:

Moda, fit u ocio

Los viajes

Las comidas

Animales de compañía

Un elemento que cautiva, particularmente, mi atención es la exposición corporal que pasa por todo lo anterior, es decir, por la moda, los viajes, los estilos de vida. Pero, se hace protagonista en estas historias. ¡Todos están buenos! Son bellos, tienen cuerpos trabajados con actividad física, pieles cuidadas, bronceadas. No hay gordos y todos con los que me he encontrado son, principalmente, blancos. Uno puede querer tener ese cuerpo, esos viajes, esas parejas….

Otro elemento que me llama la atención, lo encuentro al ver todo el perfil y al acceder a sus canales de Youtube, donde se encuentran especificadas las profesiones u oficios. El interés por la moda, la fotografía, el diseño interior, la decoración, la cocina. Parecieran oficios que gozan de cierto prestigio y que acompañan muy bien todos los elementos que se han señalado anteriormente. De alguna manera, estos elementos comunes son parte de las actividades laborales.

¡Amor, sonríe!
En este escrito he querido exponer elementos que acompañan las narraciones de relaciones de pareja en Instagram. Los perfiles de influencers han sido objeto de reflexión y debate en muchas áreas del conocimiento. En antropología y sociología, en estudios de la imagen, en estudios de la moda o del cuerpo y en los estudios del posthumanismo. Todos estos análisis aportan algo sobre la imagen, el despliegue de la subjetividad, la belleza, la estética, la práctica del amor y la tecnología.

No es algo común generar una reflexión sobre este tipo de perfiles compartidos, menos de parejas de influencers; sin embargo, los autores señalados ya han identificado elementos interesantes en investigaciones sobre la interacción en la red o sobre la práctica y la experiencia del amor en la actualidad. Mi interés particular por estos perfiles de parejas amorosas radica en la intersubjetividad narrada a través de una aplicación y que llega a nosotros por medio de la técnica que es el dispositivo móvil.

Es inocente creer que en estas narrativas intersubjetivas virtuales solo está la exposición de un sentimiento que vincula a dos personas. Ya se sabe que esto pasa por la corporalidad que se expresa no solamente en esos cuerpos “perfectos” y trabajados, sino también en la moda, los estilos, los viajes, los gustos, el ocio y las marcas.

Todo ello se acompaña de una narración de la pareja homosexual, monógama, estable en el tiempo, feliz, sin problemas y que fue unida por el amor, comprometidos entre sí, hacendosos, vinculados a causas medioambientales y sociales. Alejados de los estigmas que recaen sobre otros hombres gays que, tal vez, tengan una experiencia de clase o étnica diferente a la que se proyecta en estas narraciones. Esto confirma la hipótesis de la relación entre consumo, cuerpo y felicidad, con un énfasis en una Extimidad compartida e intersubjetiva.

Tal como se socializó en el seminario de “La Intimidad en Jaque”, siguiendo los planteamientos de Eva Illouz, (2009), la publicidad permite la relación entre amor, consumo, ocio y belleza física. Existe un proceso de mercantilización del romance donde los bienes y los productos culturales debe ser “amorizados”. Así mismo, la sociedad farmacopornográfica (Preciado, 2008) moldea los deseos, el amor y los cuerpos, de cierta manera establece un patrón en estas narrativas del amor que se hacen claras en estos perfiles de Instagram. He llegado a pensar que, si estas relaciones realmente existen, no son de dos. Son de tres. No lo digo como una afirmación moralista, sino reconociendo que son relaciones en las que están los dos sujetos y la cámara (un tercer sujeto).

Bibliografía

Beck, U., & Beck-Gernsheim, E. (2001). El normal caos del amor. Las nuevas formas de la relación amorosa. Barcelona: Paidos.

García Andrade, A., & Sabido Ramos, O. A. (2017). El estudio sociológico del amor corporeizado: la construcción de un objeto de estudio entrelazando teorías y niveles analíticos. Estudios Sociológicos de El Colegio de México, 35(105), 653–676. https://doi.org/10.24201/es.2017v35n105.1459

Giddens, A. (2000). La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas. (Cátedra, ed.). Madrid.

Hall, S. (1997). Sin garantías. Trayectorias y problemáticas en estudios culturales. (V. Restrepo, Eduardo. Walsh, Catherine. Vich, ed.). https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004

Hine, C. (2004). Etnografía Virtual (UOC, ed.). https://doi.org/10.1111/j.1468-5930.1987.tb00214.x

Illouz, E. (2009). El consumo de la utopía romántica (Katz, ed.). Madrid.

Martínez, M. (2020). La Intimidad en Jaque. Seminario. Buenos Aires: Plus CODE.

Preciado, P. B. (2008). Testoyonqui. Madrid: Espasa Calpe.

Sibila, P. (2008). La intimidad como espectáculo (F. de C. Económica, ed.). Buenos Aires.

Venturini, I. V., Jaeger, A. A., Oliveira, M. C., & Silva, P. (2020). Musas Fitness E a Tríade Corpo-Consumo-Felicidade. Movimento (ESEFID/UFRGS), 26, e26003. https://doi.org/10.22456/1982-8918.86634

Esteban D. Jerez (Colombia) es antropólogo de la Pontificia Universidad Javeriana y estudiante de la Maestría en Sociología de la Universidad de los Andes en Bogotá, Colombia. Ha trabajado en investigación cualitativa en temas de emociones, educación y salud. Es miembro de la RENISCE (Red Nacional de Investigación en los Estudios Socio-Culturales de las Emociones).

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